To beat the devil
Kris Kistofferson nació el 14 de junio de 1936 en Brownsville. Creció soñando con música. En su juventud navegó entre el alcohol y las malas compañías y, escapando de la carrera castrense que su padre quería para él, llegó a Nashville. No tenía nada excepto su sueño y era allí, en la cuna del country, cerca de sus ídolos, donde debía estar si quería intentarlo. Pero la vida no reparte las cartas al gusto. Fregó suelos, fue conserje de la CBS, se ofreció como profesor. Más tarde encontró trabajo pilotando un helicóptero para una planta petrolífera. Ahí decidió que había llegado su momento. Una mañana se desvió de su ruta habitual y aterrizó (literalmente) de un salto y con su guitarra al hombro en el jardín de los Cash, sin previo aviso. Johnny se quedó estupefacto y June amenazó con llamar a la policía. Quien es y qué quiere este loco. Solo necesito un minuto, dijo. Un minuto y no más. Tocó Sunday morning coming down. El rostro de Cash cambió, su enfado mutó en interés e invitó al lunático del helicóptero a pasar al salón.
Johnny y June lo acogieron en su casa, le presentaron a gente de la industria. Hay un camino para ti y yo te ayudaré a recorrerlo. Cash interpretó poco después una versión de Sunday Morning Coming Down en su programa de televisión y la carrera musical de Kris por fin comenzó a despegar.
Todo iba bien hasta que años después las tornas se cambian. Kristofferson llega a su estudio de grabación y se encuentra a Johnny absolutamente destruido, en medio de una crisis de alcohol y pastillas que está a punto de destruirlo todo. Su corazón se quiebra pero promete estar junto a su amigo. Cómo no ayudar a quien te enseñó a enfrentarte a la sombra, a quien te salvó a ti del infierno.
Cash se recuperó de la crisis, dejó las drogas y vivió hasta el final junto a June Carter.
Y Kris les escribió una canción.
And I like to dedicate this to John and June, who helped show me how to beat the devil
La llamó To beat the devil.
Kris Kistofferson murió el pasado sábado a los 88 años en su casa en Hawai.
Descanse en paz.